jueves, mayo 29, 2014

Le Prince des marées noires

Si es cierto que la Luna, al estar mucho más cerca de la Tierra que el Sol es la causa principal de las mareas, entonces es cierto, entonces sólo tú podías despertarme, sólo tú podías elevar mis más vehementes espadas, ondas y ejércitos armipotentes para desafiar al mundo. Sólo por ti podría ser entonces... el príncipe de las mareas oscuras.

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domingo, marzo 30, 2014

Luz bella

El amor por lo profano, por lo contrario, por lo antiprotocolario... sabia luz del averno que llevas en tu espalda castigos sin sentido y secretos envueltos, toma mis pupilas y renace en mí, devuelve a mis músculos el coraje, infusióname, medícame, infíltrate en mis rosarios y dedos, déjame sentirte detrás de mi cuello, llévate este miedo y dame uno nuevo, luz de envidia.

Llévame en tus escamas, cuenta mis segundos y el tiempo dentro de mí, mientras la piel se desliza buscándote en lenguas muertas y matices olvidados, luz de las hordas negras.

Mírame desgarrar tendones, muñones y gargantas; me arrastro con mis letras talladas en la espalda, dejé mis entrañas y mis carnes, las veo de lejos -luz sin alma, la que nunca descansa- para ser tuya...

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domingo, marzo 02, 2014

Penumbra y esplendor: La psicodélica experiencia del todavía – Parte III

(Penumbra)

Dícese de los umbrales cruzados, de las ánimas conocidas en el camino, que hay que saber delucidar cuáles son reales, es decir cuáles son de luz, y también cuáles son dulces pero enceguecedoras y peligrosas distracciones, cuáles son lagartos disfrazados de corderos, depredadores de almas, famélicos y catadores de miedo y debilidad.

En materia de realidades ambiguas y de entidades que juegan entre dos o más planos, puedo compartir que he cruzado umbrales varios, umbrales muchos y, así mismo, he sucumbido ante el encanto insidioso de ánimas negras, esas de energía densa, consideradas también vampiros de energía, ‘peligrosas distracciones’ justamente. Tal vez esas experiencias incidieron en mi proceder por haber abandonado a los cuatro pilares de mi vida, aquellos que me han necesitado tanto, que todavía me necesitan, porque además, huí de mis temores, de mis lamentos y de mis propias preguntas.

Para ese chuchaqui negro –el que justamente te dejan las ánimas de ese tinte–, descubrí finalmente que no hay cosa mejor que recorrer y acampar en casitas de silencio en el desierto. Allí, también descubrí que se puede intimidar a los miedos propios y hacerles frente de verdad. Entonces, vi la posibilidad de desgarrar a los míos y removerlos de mis órganos más vitales. Sé que se aíslan y se anidan en las piezas más grasosas de mi cuerpo, las que más retienen información de mi pasado, sin esperanza ni consciencia ante el futuro –aunque el futuro en realidad no existe–.

Al cabo de todo ese peregrinaje, encontré que no se trata de huirles, sino de alejarse de las dulces y peligrosas distracciones, esas que pretenden siempre desangrar la esperanza y debilitar cuerpo, mente y espíritu. Debo reconocer, sin embargo, que se habían convertido en su momento en mi sabor favorito.

Épocas después, después de todas las entidades danzarinas de mi pasado, después de todos los ‘perfectos’ extraños, de todos los que fueron perfectos una sola vez y nunca volvieron, también tomé otra decisión: volver a los estándares de Luz y Obra.

Así que estoy caminando ese camino, ese líquido camino quirúrjico para extirpar mis miedos, y en paralelo, para devolverle el favor a la gente, a los que me lo dieron todo.

(Esplendor)

Digo hoy y siempre “esplendor”, porque es el omega de la penumbra; porque cuando se es ánima de luz y embajador de esperanza –que creo que merece el perdón por su propio olvido y por su flaqueo ante cualquier amenaza– siempre se renace; porque luego de la desesperanza siempre se despierta con esa justa y necesaria cuota de quechuchismo existencial; y porque siempre, siempre… amanece.

Salú :)

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domingo, febrero 02, 2014

Metanoia

Julia odia dormir. Se levanta cada mañana a las 4, para dedicarse a lo que siempre quiso hacer desde hace buen tiempo, el cultivo vinícola cerca de una playa.

Cada penumbra es un milagro.

Un viñedo de uvas es un trabajo que no solo le permite concentrarse en su devoción por la producción de vinos premium, pero así mismo, le permite un tiempo distinto, un tiempo para desarrollar y explotar su reservorio cultural, su potencial para escribir y definir sueños.

Cada penumbra le trae experiencias sanadoras, pero más que todo, oportunidades. Oportunidades para viajar con su pluma hasta la playa que está a pocos kilómetros; a la ciudad costera donde vive aquel hombre con el decidió no quedarse –pero a quien recuerda todavía–; a la familia que decidió dejar atrás –porque interrumpían su proceso de liberación–; a su perrito, Santi, a quien tampoco supo querer. Ella identifica esa forma de 'viajar' y escribir como “un trabajo que generalmente no es realizado in situ”, es decir al pie de los hechos registrados, sino solo en la playa donde ahora vive, y en el viñedo en el que cada día disfruta cuidando, levantando y limpiando sus queridas uvas, para que den el mejor fruto.

Podría suponerse que busca explorar el misterio de la muerte allí, y el misterio del descubrimiento, de la revelación personal de lo que ella es y será.

Cada madrugada es un recorrido arduo, pero también, supone una rutina importante, sacrosanta, no solo para su crecimiento personal pero sobre todo, artístico.

Cada planta, cada chardonnay, cada sauvignon, cada racimo de pinot noir destila un olor poderosamente inolvidable, distinto, milagroso para ella.

Su sentido olfatorio fue el primero que desarrolló. Por eso desde muy niña siempre pudo darse cuenta de su capacidad para poder sentir olores lejanos, o imperceptibles para el resto. “Cada olor es una maldición”, le dijo al primer hombre del que se enamoró. “Porque se va a quedar conmigo para siempre…”

Para Julia, justamente, es posible estar en medio de la bullanguería desconcertante de una ciudad con todo su tráfico vehicular, con todo su caos y desorden, y sin embargo, cerrar los ojos mientras viaja en un taxi, y en seis segundos, reproducir química e internamente la sensación orgánica necesaria para escuchar la suave ignición de la hornilla en la cocina de Armando, y el metal de la cuchara golpeando delicadamente el platillo de su taza, y sentir, más allá del mundano y trivial café –que no representa nada, absolutamente nada en el mundo para ella– una vez más, su perfume natural, el olor de ese rollo de algas embriagador, potente, de olor terriblemente moderado, con un capullo de madera y menta en su interior, capaz de destruir una sonrisa, y transformarla en adrenalina, nostalgia tóxica y deseo delirante.

Como es de imaginarse, entre sus rituales cotidianos están sus bitácoras, las que escribe noche a noche. En el día, usa esas anotaciones para tejer lo que ella llama "realidades", sentada al pie de sus milagros. La música, su alma gemela, es algo vital para el mantenimiento de sus máquinas interiores, es la única consejera que escucha y que escucha en su cabeza todo el tiempo. Dice que sale de su corazón.

(Intermisión)

Un día, un día cualquiera, abandonó el viñedo -no necesariamente con ánimos de no volver jamás-, y se trajo consigo un jarrón de vidrio, pipón, de boca angosta, sin tapón ni corcho. Al llegar al hotel donde pasaría una considerable nueva temporada se sentó en la cama, al pie de la ventana y de una vista de encantadores naranja, grisáceo y verde, sintió la brisa y neblina desde las montañas, colocó el jarrón sobre la mesa de madera pequeña y escribió en una nueva hoja de su mamotreto: “Metanoia”.

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La papisa (La psicodélica experiencia del todavía - Parte II)

Bruja. Sumergida en su propio ocaso: Aprendí con esa sangre todo lo que tenía que aprender.

Entonces, solo entonces…

Encontré el conjuro correcto. Ante mí, responden todas las ánimas. Luz y sombra, reaccionan ante mi pluma, embajadora de esperanza.

Soy electricidad, soy tormenta, desato el caos del que tanto huyes.

Puedo olerte… siempre y todavía.

Mis procesos no se detienen jamás, ni mis aciertos, ni mis desaciertos, ni mis bienes ni males orgánicos.

Amanecen de nuevo mis desconciertos, mis indefinidas procrastinaciones, mis infinidades, para darle forma –vía cada esplendor– a lo que soy, y renacer, y reconstituirme, y redefinir mis figuras, mis divagaciones y la astucia de mis dudas.

Puedo saborear tu crúor, que se repite en mis avenidas, en mis intersecciones, que se parecen tanto a las brechas irregulares y a las mentiras de tus ojos oliva.

Todas las mentiras que conozco se juntan. Todas, se pasean, se engañan entre sí, se confunden, se funden, se asimilan, se entienden entre sí, se solapan y se quieren entre sí. (Me gustan más tus mentiras)

Fui viaje sin retorno. (Me gusta más la penumbra, sin ti)

Fui pala. Fui ‘entonces’. Cavé, hasta lo más profundo, hasta lo más inexhumable. Mitigué la vergüenza y la reemplacé con rojo inextinguible, no con odio inflamado. Como buena reina de pescadores y soñadores, sin embargo, me di paso, para ser algo más acorde a mis sueños.

Soy ‘todavía’. (Soy entonces, soy siempre)

Una aclaración. Te he buscado por todas las calles. He vagado por cada corredor, por cada pasaje, por cada bar, por cada crepúsculo y por cada tecla. Un gran ‘pero’: Eres lo mejor que nunca has sido antes cuando haces falta. Eres algo perfecto, siempre y cuando hayas existido solo una vez.

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lunes, enero 13, 2014

La psicodélica experiencia del todavía - Parte I

Brujo. 'Emproblemado', con los días contados, dibujando, empero, una estrategia más, a manera de paraje, paisaje, lienzo cuco. ¡Gloria in excelsis!

Darse de bruces con hedor insoportable, y exhalar, y gemir. Y pararse y asumir ser combustible propio. El inicio de la travesía.

Conocí primero a tres danzarinas cantoras. Seductívagas, condescendientes, alcalinas, desteñidas por sus propias luces, irradiadas, bañadas en rimas, envueltas en frutas rojas.

Me ofrecieron una cornucopia de letras ácidas y pasos de baile. ¿Cómo negarme a una libertad descalza? ¿y bailar y retoñar una endorfinógina silueta? Un zapateo honesto, naturaleza pura, nada de ilusiones fantasmales, nada de visiones ni más allá irreales.

Aborrezcan las mayúsculas. Es lo que les dije. Es lo que le digo a los míos. Corten las elipsis, corten la ridícula esperanza, ¡a enfocarse en el aquí y ahora!

Luego, ascendí a las cumbres, y desde el cénit de mi consciencia alabé a lo más sublime y, entonces, tuve el valor, y me defragmenté, me descompuse en colores y tonos que había olvidado, en ondas reflexivas que tocaron y llegaron hasta mis congéneres y ángeles rebelados. Los volví a bautizar, los perdoné, y les pedí el valor de la renuncia.

Hay que tener valor, y conocer y ponderar el valor... de lo amargo, de la bruma, de la duda.

Seguí, caminé, y aprendí y recordé: ser poroso, ser abierto de corazón, vaciarse, totalmente.

Así pude escribir mi siguiente camino. Y le dejé a una princesa una nota en llamas: "fue...".

Bajé, finalmente, al domo bajo tierra que habían construido mis benefactores en secreto. Un sueño, enredado en lo más hermoso de los carriles del tiempo. Allí, encontré enternecedores y enceguecedores caprichos, en blanco y negro, en grises oceánicos. Hogar. Bajo la mar, bajo la densa y eléctrica mirada de mi más bella sirena, más honesta y perfecta que cualquier mortal de realeza, a la que nunca tuve que esperar, porque siempre me necesitó.

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La inmensidad

La inmensidad, la inmensidad, la inmensidad, la inmensidad... de la penumbra...

La inmensidad, la inmensidad, la inmensidad, la inmensidad... de una cama de escamas...

La inmensidad, la inmensidad, la inmensidad, la inmensidad... de la noche... la que rompe la elipsis...

Otra vez, otra vez, otra vez, otra vez y otra vez...

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domingo, enero 12, 2014

El génesis de sus preguntas

Médium, amenazado por su propia extinción.

Quise ser fulgor, pero me confundí en el sahumerio de mis convicciones; las trompetas, las escaletas de ayer, los libretos de mañana; me preocupa el fallo cardiaco de mi pluma, no quiero luego tener que decir “Fui. Fue…”.

¿Qué hace –por cierto- la pluma cuando está sometida bajo una culpa y comprometida con el corazón de su brujo?...

Quise ser silencio, quise lavar mis tintas, pero no me fue bien, me enredé en el proceso de ruptura entre mocedad y poder.

Quise ser balcón, quise ser el abrazo y el reencuentro de colosos del sur, conmemorando una vez juventud y promesa de altísonos y altísimos parnasos.

Quise ser núcleo e hijo, pero no me salen las palabras, no me sale aliento ni sangre, más que el crúor para pintar vanidades.

Solo me sale el trance de tontones hipnóticos a bajo tono, como los que se escuchan en la Recepción del hangar al pie de la autopista de los futuros.

Solo me sale ser gusarapo y agua, ser sin forma.

Solo me sale ser el génesis de las preguntas y de la larga vida de mis diablos y enemigos…


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domingo, noviembre 24, 2013

La rata, la maravilla y el beso baladí

Te saludo, maravilla. Te regalo un guiño, nictálope, si es que logras verme hacia lo alto y lo profundo, hacia lo lejos, más allá de tus faroles, más allá de la carne, de lo baladí, de lo perfecto.

Te invito, castidad del ayer, restricción y desdén, maleficio y mosca canchera, una taza de aromática con sabor a futuro, con panela de ilusión y tinte rojo metálico.

Ya sé que tu cerebro lo ha bloqueado todo, y por eso el tabaco se queda en tus ósculos, en tus labios que han perdido lo etéreo, lo deletéreo, lo letal y lo quermes.

Recuerda que soy todo oscuridad (la oscuridad debe quedarse como oscuridad), no hay nada de luz en mi faz, mas que la paz de mis anhelos (y el silencio, necesario para mis procesos), que buscan visitantes a mi reino de larvas. Ojalá sean diurnos -aún cuando no me sea permitido-, taciturnos -a pesar de mi ansiedad conspiradora- y famélicos -me gusta cocinar para extraños-.

Vení.

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sábado, octubre 05, 2013

El rato (entre lo apolíneo y lo dionisíaco)


Caballero: Es política y apolíticamente correcto, es puntualmente justo, pararse a discurrir sobre a qué fuerza pertenecer. Lo apolíneo o lo dionisíaco, tan pertinente como preguntarse si se es de derecha o izquierda.

Matilde: Por curioso que parezca, sería lo apolíneo. Todavía soy muy joven como para poder verle el lado egoísta a los actos y, por ende, también actuar de esa manera.

A pesar de ello no niego que por las noches, en los momentos cuando no puedo evitarme y, las dudas se pasean libremente por mi cabeza, ahí, justo ahí, soy entonces dionisíaca, porque me enredo conmigo misma y no encuentro el equilibrio entre mis extremos.

- ¿Y no será que no hay extremos? ¿pero tan solo páginas, sueño y hambre?

- ¿De qué tienes hambre?

- Quisiera que mi fórmula para enfrentar la vida sea como esa terrible que nos dejó Apolo. Pero cuando pienso en su "ne quid nimis" y en su templo, saturado de balances, de modestias y de corduras, invoco y me refugio ipso facto en mis ensoñaciones discordantes, y se me va la cabeza, se me va la cabeza, porque... tampoco encuentro el equilibrio entre mis caprichos sin fronteras.

Anhelo el delirio. Siempre, siempre retorno a él y, siempre retorno a la noche ensangrentada, luego de las modestias, de la mesura, de los actos correctos... Vuelvo a los impulsos neronianos, a las casas extrañas, a los bosques sin fin, al amor libre y orgiástico, al amor por la naturaleza, al olvido de la consecuencia, de la sensación futura y ultraterrenal. Tal vez esa es mi fórmula para subsanar mis relaciones con todas las fuerzas a las que me debo, por las que soy y no soy.

- Yo soy de las que busca las zonas de comfort, para no tener que afrontar riesgos. Pero ¿qué pasa cuando mi comfort es mi riesgo? ¿y mis excesos son los pensamientos, las culpas y las consecuencias?

Qué complicado ésto de vivir el día a día, con la cabeza en otro tiempo.

- Tal vez eres adelantada a tu tiempo y no lo sabes. Eso sería cura más eficaz, aunque algo más dolorosa.

- Es un proceso de supervivencia, supongo.

- Es lo único que tenemos en el mundo.
 
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(Con contribución de Dadanis Versicular)

jueves, septiembre 26, 2013

Golondrina Roja

(suggested bgm: Make love)

Caballero: ¿A qué se debe el color en tu pecho?

Roja: Me diferencia de las demás por mi deseo lascivo de moverme y viajar constantemente, en busca de re-descubrirme... constantemente.

- Pero si eres golondrina ¿no buscas hacer también tu nido?


- Soy migratoria por naturaleza, pero también creo en la felicidad y en el amor, así como en la humildad y el egoísmo. De modo que sí, también pretendo hacerme una taza, un nido, como buena golondrina. Solo dependo del momento. Ser oportuno es ser buen 'hacedor de taza'.

- ¿Qué haces entre tanto?

- Me mantengo errante entre realidades y escenarios. En ese proceso a veces se torna difícil cuando creo que nos discriminan a las pocas golondrinas pelirrojas que habemos (aunque en realidad nunca he visto a otra).

- ¿Es cierto que hay golondrinas canalla? Puede que la alondra les haya enseñado de ese arte. Y la alondra a su vez creo que aprendió del ruiseñor, capo de la galantería y de gran talento histriónico.

- La mayoría de las golondrinas tiene un ideal, que es el de morir apacible y tristemente junto a un príncipe. También le temen al frío, se alejan de él. A mí me gusta el fuego y el hielo...

- ¿Qué le gusta a una golondrina además de la libertad, además de sus manchas, además de sus pecas, de sus sueños con ojos nictálopes?

- Les gusta la idea de tener un corazón casi tan grande como su propio cuerpo, más compasivo que lo que sus propias alas alcanzan a soñar y, ser tan fuertes, que lo aguantan todo, sobre todo el silencio, cuando decide ser cruel.

- ¿Y son alas que se abren para dejar entrar en tu silencio al aguerrido y provisto de plumas sabias?

- Solo lo haría por quien logre quitar las espinas de una pelirroja en desesperanza, para tomar su sangre y manchar su pecho. Solo así entendería lo que siento. Virtud y castigo. Todo lo que reciben nuestros corazones, incluyendo la soledad, endurece nuestras alas como pelirrojas. Virtud y castigo.

- La soledad no es mala, también es solaz del guerrero. Aunque puede volverse adictiva. Es un químico, un principio activo, que faculta y otorga la sensación de libertad, y también la riqueza de nutrir tus pensamientos.

- También es un capataz supervisando cada recuerdo, cada momento; no deja que olvides el por qué estás con ella. No le huyo, la acepto, pero trato de manejar su capacidad de jugar con mi mente.

- ¿Y no es la soledad la que te provee de libertad y reflexión? ¿libertad y desarrollo?

- Para mí no es libertad, solo me recuerda cómo llegué aquí, y me recuerda que debo seguir volando un tiempo más. No la escogí, tampoco la entiendo del todo.

- No ocurre a primera instancia, pero te he visto vestirte de colores más deslumbrantes y hermosos que tu rojo solitario, y tu corazón brillar con encanto sobreabundante, con compasión sobreabundante... Debo preguntarte... ¿cómo muere una golondrina roja? ¿en vuelo atrevido? ¿en picada y con ritual honroso? ¿o vive más allá de sus propios sueños?

- Te diría que con alma de poetisa, pero las pelirrojas no tenemos alma...

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(Con contribución de Golondrina Roja)

domingo, septiembre 15, 2013

La cosa

We strive, we struggle, we tend to leave what's beneath at times, only we can't.

It is futile to resist...

I feel the heat, I feel the pain, I feel the thrill beneath my feet and throw myself to the echoes. I feel it coming, I feel it rushing, I feel it crushing my bones and breaking my nose.

We're the brave children of today. We're the sons and daughters refusing to accept the idiotic concept of the future, conceived to avoid true fulfillment and JOY.

The void, the passion, our humanity...

We're 'the great illusion' in its entirety...

There are no realities, there are no consequences, only your heart.

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lunes, septiembre 09, 2013

Natural. Segunda parte.

Estoy parada a un metro de la puerta. Un metro detrás de ella. A punto de tocar el pomo. Veo la luz a través de la ventana. El televisor encendido. Mi padre. Algún día… no desearé entrar ahí, donde hasta ahora puedo verlo sentado en el sofá de la sala. Algún día me quedaré aquí, estática, impávida, escurriendo mis ridículas y triviales lágrimas.

No tengo esa naturaleza. No es natural en mí ser afectiva, tal vez hacia ellos. Dicen que lo que no es natural ni espontáneo no es genuino. Tal vez.

Entro finalmente. Sé con anterioridad lo que nos diremos. Un hola menos afectivo que el de él, ahora más cariñoso, ahora más vulnerable, ahora más condescendiente y menos virulento que una veintena de años atrás. Clásico.

Subo. Sobre mi cama, las medias de un niño de cuatro años. Mi sobrino. Me quiebro en lágrimas sobre mis rodillas y me quedo dormida en el piso...

Sí, algo anda mal. Creo que ahora lamento enlutecida prematuramente, sollozando y construyendo un presagio oscuro, cada día, por cada día que lo odié.

Algo que no es natural, en muchos y muchas, es cruel y patéticamente natural en mis huesos y muecas, espantosas, virulentas, que no se entienden, que no se aceptan, que no se quieren…

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viernes, agosto 30, 2013

Plastilina

Dícese del buen centinela que por definición también es raudo como flecha. El escribiente que registra debe ser furia con celeridad, pronta respuesta, can propositivo.

Guido se encontraba de paso en una ciudad sudamericana, y le llamó la atención el hecho de que había un pendejito de ocho que no jugaba pelota tal como el resto lo hacía. "De pelado siempre fue así", recordaría su madre veintidós años después, todavía teniéndolo en su casa, "huésped de hotel que no paga un coño, pero al menos hace deporte. Corre como gacela y escribe como poeta loco".

Era Otto, que siempre quiso crecer entre pinceles y nómadas sin rumbos. Encontró su destino cuando conoció a Nietzsche, a quien leyó por primera vez a los dieciocho. Luego se fue de la casa.

Guido y Otto se hicieron amigos antes de etapa madura. El primero, más viejo, fue su maestro de vida y cáliz de degeneración. Otto llegó a creer en la consciencia universal de lo deformable, en la plastilina como la idiosincrasia de un hombre, una mujer o una colectividad, que creyó capaz de darle forma, como fundador, como degenerador y reformador. Fue líder intimimador en su trabajo, contra todo pronóstico de su madre, quien lo creyó buena parte de su vida incompatible socialmente y "blandengue".

...

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domingo, agosto 25, 2013

Antagonía y éxtasis

Caballero: ¿Ya te pregunté si crees en eso que llaman 'amour'?

Matilde: Creo en el amor como placebo. Es la única forma. 

También creo en que yo te guste hoy y pasado mañana. Porque mañana estaré en otros brazos. 

Ojalá me ames por lo que soy -antagonía y éxtasis-, como mal necesario, flor de loto y alquimia. Ojalá... me ames, con entrega desmedida, y con esa misma entrega, que me hagas de lado. Sé oportuno.

Visítame de vez en cuando entre los cardos rusos de mi próxima vida...

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domingo, agosto 04, 2013

Elemental - segunda parte

Matilde: A mí me gustan las nubes, y he aprendido a admirar un día soleado, con ellas posando, o bien, nublado y ellas esparcidas en el horizonte por sus pecados. Me gustan los hoyuelos de los niños, sus dientes de leche y sus ojitos sospechosos. Los chocolates gringos y el té de coca, para sobrevivir la noche. Pero eso no me exime de mis miedos y ascos.

Los olores... Los olores me fascinan, van más allá de mí. Es curioso, porque confío más en mi memoria olfativa que en mis pensamientos muchas veces. Me enamoro por un olor y me quiebro por un grito. Supera la sinestesia entorpecida. Y me asegura de estar atada a algo intangible, a un reino panteísta de la maravilla de todo lo que me ha rodeado. Pero, esas son solo divagaciones.

La mierda es solo mierda, y como tal, si le doy mucha importancia pierde su beneficio adquirido.

Las caricias son perpetuas mientras tengas un sentimiento vivo. Las imágenes son memorias que surgen en un sueño perdido. Los sabores son pasiones materializados en placeres tan íntimos, tan endebles, tan efímeros. Los sonidos nos rodean y nos conectan con el prójimo o relacionado.

Entonces, si tengo todo ésto que me convierte en activa ante el universo, ¿por qué confiaría en la razón, en lo lógico y lo establecido? ¿Por qué leería la técnica y no me guiaría por el instinto?

Pues... es fácil, para mi pesar admitirlo... porque aún con un poco de lucidez depresiva, siempre... siempre... todo lo que haga, me lo acarreo yo misma.

Caballero: Tienes la pluma de un Embajador de Esperanza, ese que el mundo está esperando... al menos yo, que quiero liberar a los eslabones del Gran Engranaje. Un Embajador de Esperanza es por definición el portador del agua, es el espíritu que difunde lo que el mundo realmente necesita, a través de sus palabras, su conciencia y su forma de comunicar y escribir, un talento casi extinto e inexistente en las nuevas generaciones. El portador del agua bendice al mundo trayendo una nueva era.

Tengo un desgano y aversión por todo y por todos, últimamente. Pero mi esperanza está en que los demás estén dispuestos a dar el paso al costado, estremecidos y conmovidos por la pregunta más importante, que debería volverse un conflicto que obligue y empuje del deseo al accionar: ¿ser osado y estar dispuesto a vivir de sus ideales, o cautivo de la Gran Depresión?.

Matilde: ¿Pero qué hago cuando un billete vale más que una caricia y un trabajo es más buscado que un abrazo?

Caballero: Yo creo en la maravilla del desaprender. Y creo que en el fondo, el mundo también. Y si no, también estaremos las islas, aquellas que decidieron dejar de ser sojuzgadas y que perdieron la batalla libertando sembríos y enseñando a desprenderse, para vivir desprendidos y afortunados.

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(Con contribución de DaDanis Versicular)

lunes, julio 29, 2013

Elemental

Matilde: ¿Quién hace el bien y quién cría la inspiración? Busco una conclusión por medio de sentidos y no de razón.

Caballero: Me gusta el olor de los personajes con patologías psico sexuales. Golpeados. Dañados. Las almas atormentadas. Tal vez la inspiración viene de cuartos, ámbitos, colores y olores así.

No son los elementos mentales ni vanidades de mierda. Aunque la mierda como tal, no es mala. Los niños, cuando muy niños y entonces más sabios que el resto, saben que son y disfrutan ser el centro del universo, y aman todo su ser, incluyendo sus heces.

Tal vez la inspiración viene de las excusas, rico derivado de la distracción. Para otros viene de las promesas, infundadas banalidades de una superflua seudo razón.

¿El bien? Vaya. El bien, per se, sí es un elemento mental, tal como lo es su contraparte. Yo prefiero eso que está más allá y que nutre más, como los verbos, la acción y los sustantivos que estremecen. Yo prefiero la indecencia y el prurito. La carne y el dolor. El amor como placebo y la delicia del nepente. La libertad, antes que la vida, que es todo lo que veo y que me gusta ver, todo lo que me gusta oler, todo lo que me gusta devorar… y todo lo que me gusta destruir y reformar.


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(Con contribución de DaDanis Versicular)

jueves, julio 25, 2013

La Matilda

-Encontré algo que bien podría ser tu casa. Es una hacienda que me quiero robar. ¿Me ayudas?




-A lo mejor. ¿Dónde queda la escena del crimen? ¿Y narraremos la crónica del suceso a dos voces?
-Todavía no lo sé. Pero puede que haya muertillo, cuchillo y morcilla :)

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(Con contribución de DaDanis Versicular)

martes, julio 23, 2013

El coloquio en Karlovy Vary (El caballero de Salango – tercera parte)

El coloquio de los reyes.

Rey de su arte, excéntrico desde la piel hasta la pluma. Reina solitaria y maquinista de trenes.

Ella despierta las preguntas que generan sueños y mundos. Y dispara las ideas que transforman. Viejas costumbres y sentidos, resemantizados en él. Personificaciones interpoladas. Algo más, que es único, que es encantador, es el aporte de Matilde a su taller de redacción.

04h40. Dulce penumbra que libera. Luna llena.

Matilde: ¿qué preferirías que lleve tu nombre, una calle o una escuela?

Caballero: Por fines educativos y altruistas, digamos que una escuela. En teoría, eso significaría que habría contribuido al desarrollo de la gente, lo cual me interesa de cierta forma.

Pero es egocéntrico, rotundamente. Tal vez tanto como el hecho de que una calle lleve mi nombre.

Empero…

Si la calle está en una ciudad de soñadores, tal vez como Karlovy Vary, ciudad ‘Bohemia’ por naturaleza geográfica y favorita del Príncipe de los poetas…

(Hechizo)

…y puedo ser yo, el pasaje o callejón de amantes bohemios, eternos adolescentes, y cobijarlos bajo la penumbra, y solapar su desparpajo, sus sueños, su impudor y su ‘libertá’, prefiero ser libertador –a lo buen ‘Laliberté’-…y no colonizador de mentes…

Matilde: Hasta ahora, solo tú has podido cautivarme con tu respuesta...

A mí, por el contrario, me encantaría que una escuela lleve mi nombre. Más allá de ser un templo del saber y formador de futuras generaciones, es por la huella que deja una institución en sus pasantes. Todos somos escuela y por ella nos regimos...

A lo mejor, si de llevar mi nombre fuera, las instalaciones no deberían ser tangibles, sino puestas a la conveniencia y necesidades de sus usuarios. No es cuestión de conquistar mentes sino de inspirar sus decisiones. Sería entonces el mejor legado. ¿Qué tal Escuela Perceptiva para Niños Invisibles Matilde, situada en la calle Caballero de Salango? Una escuela donde no se educa, se inspira...

(Magnetismo lunático)

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(Con contribución de DaDanis Vesicular)

domingo, julio 14, 2013

Ánima admirable (El caballero de Salango - segunda parte)

Sí. Volvieron a verse. Luego se frecuentaron varias veces. Entonces, él pudo conocer la promesa de algo más... una joven y bohemia poetisa aún no descubierta, que cree ferozmente en que “pinceles derriban paredes”. Exclusiva. Formidable. Clásica.

La noche previa a su primer beso:

Caballero: Me hubiese encantado que vengas hoy. Quería berte. Con ‘b grande’.

Matilde: No podía salir de mi casa. Se me perdieron las llaves. Y no quiero que me ‘beas’. (Risas).

-¿Oh sí? ¿Y eso por qué? ¿Porque  tengo ojos grandes y saltones? ¿Porque tengo manos útiles y carismáticas? Y en el lugar de donde vengo no creemos en cosas como llaves ni en artificios de su sociedad de consumo. Ni en la post modernidad o la post humanidad.

-Vaya. ¿Cuál de todos es tu planeta?

-Solo somos. Y creamos. Y sentimos. Y replicamos. Y ejecutamos. Y acabamos. Y volvemos a empezar. Y logramos. Y logramos hacer sentir y acabar.

-Hacer sentir y acabar, toda una hazaña vesicular y digna de reconocimiento. ¿Creen en las piedras y palos?

-Sí, mas no en las paredes.

(Hechizo)

-Acción pura en tu planeta, entonces. Nada de divagaciones ni derivados.

-Hacer sentir y acabar es renacer y revertir procesos necesarios de revertir. Y entonces explotan en luces, a veces en lágrimas de felicidad. Le decimos “delicioso”.

-Parece una delicia. Suena como tal.

-También tú. Te he estado observando desde hace algún tiempo. Lo que ustedes llaman ‘ángeles’ son seres que envidian a personas como tú. Porque pueden sentir sin miedos. Porque no juzgan ni son hipócritas. Porque no le temen a estar vivos ni a sentir las emociones más intensas. Por eso también me pareces un ánima admirable.
En mi mundo no besamos. Nuestra forma de hacer sentir es distinta. Y me encantaría probarlo contigo. Eres la criatura idónea, cuasi mitológica pese a tu edad física. Tu edad cognoscitiva es diferente, no es concomitante a los años que tienes de vida, adelantada a tu tiempo…
Todo lo que sabes. Todo lo que eres. Todo lo que transformas. Y todo lo que permutas. Polvo que se convierte en oro. “Silentium est aureum”, como decían tus ancestros pensadores. Lo has trabajado todo desde el silencio.
Te veré en el sol, o al filo de tu astro favorito, dulce generadora de vicios, manufacturera de la droga a la que es adicto todo buen soñador.
Te mando un beso digital, hasta robarte uno que se sienta célico…

(Hechizo)

El beso a la noche siguiente... sin duda, un viaje sinigual. OST: ‘Your tiny mind’…

(69)

 (Con contribución literaria de DaDanis Vesicular)

viernes, junio 28, 2013

lunatic high

La luna me volvió así. De memoria indeleble, luego deleznable. Me deformó. Me reformó. Me devolvió la luz. La esperanza. La autosuficiencia. La reminisciencia. La inconsciencia.

Luego me quejé. Le dije al dios sol que no me la creía, y que ponga a la luna en cuarentena.

Luego salí a cazar. Y me di cuenta de que siempre amaría lo apolíneo y que siempre lo necesitaría, porque cazar de día no es lo mismo que hacerlo en la maraña de las tinieblas.

Pese a mi inconformismo totalitario y pese a la dictadura del astro rey, 'das monde' nació para ser adorada. Pero se lo he contado en más de una noche. Nací erradamente en la era del perro, porque no tengo madera más que de canalla. Solo soy de los rasguidos en la espalda de una que fue, y de una que algún día será.

Una trompeta ronca y la merluza de un poeta esquinense que nunca supo matarse. El acero frío de la baranda pasando el puente de los lamentos y de los noctívagos, allá pasando el canal, pasando el callejón envenenado por los delirios de un motivador de profesión. También le llaman corredor de sueños. Sí, sí, igualitico que el de bolsa pero más bonitico. Dos de tres... dos de tres... Esto se llama ¡'sencilla si bemol'!, o también, boludez post lunática...

(70)

domingo, mayo 26, 2013

Small little acts

The logic of acts of goodwill is simply that they are always needed, and that they're quite possibly the best way to spread kindness, hope and connecting people. Believe it or not, when you smile to someone, you're probably making a great happy day for them, thus changing their own reality, even if it's for a moment.

Small little acts :) Game changer.

(71)

martes, mayo 21, 2013

Escozor

La noche se vio perturbada por cierto andar, y quiera el altar de esta lengua vernácula un hablar, y todo el que busque un espacio, un decir, ¡un cantar!: "¡La música es humanidad! ¡Es la voz y el habla de toda alma creadora y también de todo idilio! ¡Es el 'adán' y la post-civilización! También es escozor, es ese sentir que entra bajo la piel y solo al amanecer, hacia lo profundo del ser, en la inmensidad de esa mediocridad del nostálgico, en la densidad del inconforme, pero también, más que a menudo, en la colectividad más salvaje, más inhóspita, quechuchista, feliz".

Seguramente estás ahí, leyéndome, diciéndome, pensándome. Deberías mejor voltearte, y salirte de este cuadro y mirarte desde lejos. Mírate. Mírate allí. Y mira si vas para algún lugar. Mira si encontraste tu propio cantar y tu voz. Si me has estado leyendo, sabrás que encontré la mía, y sabrás, por sobre todo, que también encontré el elíseo en el que no necesito ser hombre o mujer, ni mujer u hombre, ni necesito gozo ni dominio, y que deseo la misma luz -más allá del descubrimiento, del entendimiento, del bien y del mal- para ti.

Salú :)

(72)

domingo, mayo 05, 2013

Splendor

"I have wandered across nations, dimensions and all of sorts of landscapes... None of them compared to the day you appeared in all your splendor, in all your imperfection -craving for divinity-, in all your sweet stupidity, and in all your faces, your colors and your many miraculous forms -impervious to the wrong spell-.

Miracle or not, I did no attempt to stay. I keep doing it, over and over again, same drill.

You see, I live by this code -I call it jazz, I call it move n' groove-, safe, secure in this... insecurity. I am very fond of excuses. It is peace of mind. It is the stillness and bliss of that warm uncertainty I love more than your doubtful nature, and much more than all the hours wishing you were here..."

(73)

jueves, febrero 28, 2013

Placebo

"'A perpetual sun', 'an eternal light', 'the very reason why we are here'... These and many more are our habits, our idiosyncrasies when it comes to say anything regarding love and our accustomed overrated way to portrait it, blowing out of proportion what it actually is and entails.

The only universal 'religion', perhaps, but 'amour', per se, is nothing but a renewable placebo. It fills you up (and then it fucks you up), and you'll desperately want more, but eventually and inevitably, you'll always end up feeling its devastatingly sad saturation and demise, and therefore, your urge for the indisputable replacement of the dealer...

Is it worth it?? I believe so... After all, fearlessly and passionately is the only really way of living life I know...".


(74)


miércoles, febrero 27, 2013

El heautontimoroumenos (contribución)

Tienes esa sonrisa que estremece por dentro, que aprieta los huesos y que me hace desear tener una humanidad, que "conecta y enamora", como dicen los hombres que te sueñan.

Pero sí, también tengo algo de hombre, algo de mortal, algo de niño, y también algo de vulnerable ante tus látigos. No me basta ser ese 'verdugo de sí mismo', también tengo una patología y encanto por tus castigos, pero no porque me defina el sufrimiento, sino porque no sé cómo romper este sueño, pese a ser ese monstruo mitológico que te dio vida...

Soy como un cronista de alta noche, como un centinela inexistente y fantasmal, que registra y que comparte pero que no se deja ver...

Por el tiempo que dure este trance, por el tiempo que dure tu puta luna, me quedaría aquí...

Pero esta noche me rindo, me voy... Te dejo con tu noche ácida, ninfa bosqueana... Déjame engañarme por hoy y decirte adiós, semper eadem, siempre la misma en mis ensoñaciones discordantes y autolacerativas...


Magus

(75)

sábado, noviembre 17, 2012

Hija

"Cuando era niña a menudo buscaba aislarme. No sabía cómo actuar frente a otros cuando se trataba de contacto social.

Algún día le dije a mi madre que quería vivir en el cielo, porque allí no existe 'gente mala'. Solo me imagino lo infinitamente triste que ella debe haberse sentido. Escuchar que tu hija de siete años te diga eso tiene que ser enternecedoramente triste. Qué duro.

Y luego, ver a mi padre jugar con mi sobrino, su primer nieto... Mi corazón se encoge. Y el aire se vuelve esporas de milagro y nostalgia.

No quisiera tener que vivir la angustia de la fobia social de la mocedad nunca más. No quiero tener que sentir esa desgarradora soledad.

El interactuar, el hacer un contacto con alguien más, es eso que hace, justamente, consolable el universo y su enorme vacío. Todo lo que tenemos, después de todo, es el uno al otro".

(76)

jueves, octubre 04, 2012

Step into the night...

I step into the night without fear nor hope. I walk among the shades and feel empowered by the whimsical air...

Seeing youths painting up the city and striking fear into the heart of the ones who cannot hear the music… is invigorating.

Then I hear the roar of hungry, industrious mages, resourceful felines and dancing nymphs. It’s the flesh. It’s the hunger. It’s any-given Wednesday night. Past midnight. Past the horror. Past the drizzle and the fog and beyond…

It is the void, and the question that drives us: Where were you when all the night-birds summoned you?

A def voice will rise and defy the culprit:

"I am the night".

"I OWN THE NIGHT".

(77)

sábado, agosto 04, 2012

El juego (Sueño de luna)


"'¡CORRE!', me gritan de fondo. Pestañazo y sacudida. Mi visión se aclara un segundo después para dejarme ver el interior oscuro de una sala de juegos. Mi familia me acompaña, incluyendo a mi sobrino de tres años, a quien tengo sobre mi regazo. Estamos sentados, inmóviles, impávidos, en distintos tipos de sillones, cada uno ajustado a nuestras propias 'realidades'. Cada uno puede sentir que su asiento huele y se siente como algo familiar para sí mismo. De alguna forma mi silla es parte de mí, al punto en que es inevitable... la sensación de que el asiento me posee, se desconfigura, se desdobla y me abraza, me aplasta, casi triturando mis huesos.

La única luz visible viene de una especie de pantalla a un lado, pero no proyecta mensaje o instrucción alguna de lo que se supone que tenemos que hacer.

Ahora veo a gente extraña frente a mí. Pero ellos parecen conocerme desde hace mucho. Conocen mi vida. Sienten lo que yo siento.

Se llevaron a mi sobrino.

Estas... criaturas de fisionomía humana... caminan silente y reptiloidemente, y gesticulan con la misma frialdad. Nos llevan a una recámara sombría, en la que cada uno tiene que entrar de manera individual. La puerta se mantiene cerrada, solo se abre cuando alguien entra, y se vuelve a cerrar a golpe seco. Salí corriendo en contra de todo y de todos. ¡Parecía ser la única que tenía la voluntad y la fuerza de poder escapar!

Pude sentir que algo terrible estaba ocurriendo en esa habitación, así que me di a la fuga como una gacela, y al final de un eterno corredizo salté cruzando hacia el tejado de un edificio de 40 pisos. Traté de recobrar el aliento y organizar mis ideas, ¡hacer sentido de lo que estaba ocurriendo!

Lo único que tenía claro era la sensación de que en el interior de ese cuarto las personas eran... modificadas, transmutadas, cambiadas a algo espeluznante, abominable.

Salté de edificio en edificio. Hasta llegar a un lugar seguro, la terraza de una familia. Me encontraron allí, casi sin poder hablar.

La maravilla y el terror de la prisa: han transcurrido 13 años desde que me escapé de la sala de juegos.

Tres niñas pequeñas me encuentran, desnuda, acostada y helada en el piso, escondida entre escombros. Me ven con ternura, lástima y curiosidad. Tiemblo, como un animal indefenso. Su familia me recoge, me lleva al calor de su departamento. Al bañarme por primera vez en tanto tiempo, lloro incesablemente, pero en silencio, me desmorono y caigo de rodillas al piso. Mis uñas están tan largas y sucias, como las de un rurouni o un mendigo que ha recorrido la Tierra por centurias.

Regreso a mí, y sigo en búsqueda de algo, todavía no sé de qué.

Encontré un trabajo. Voy a una oficina por primera vez en mucho tiempo, y de todos estos colores y 'sabores' nuevos, algo me parece... familiar. Esta ropa, el hombre que huele a carmesí que me mira todos los días, la chica de la bufanda gris rayada, el mensajero que siempre me abre la puerta: algo me sigue siendo habitual.

Un día, cruzo el umbral de la puerta de acceso principal al edificio, y los veo allí a los dos: ¡no sé sus nombres! ¡pero SON ELLOS!

Me miran con total asombro, como si desearan comerme como plato raro y exquisito, como si les hubiese hecho falta por... 13 años. Sé que han sido parte de mi vida, ambos hombres, pero sus caras han sido desfiguradas de cierta forma, es como si llevaran máscaras de piel... sobre sus rostros, de modo que sus orejas no se adaptan del todo, sus cejas no se adaptan del todo, y sus ojos... son de lagartijas hambrientas.

Me preguntan '¡¿qué te pasó?!'. Yo solo quiero saber una cosa: '¿qué les ocurrió a los demás en el juego?'. Algo pasó allí adentro, y debo volver ahora, a enfrentar eso de lo cual escapé.

En mi camino de vuelta me acompaña una figura demasiado parecida a la de mi padre. Me afianzo en él, buscando el solaz que tanta falta me hace. Él... me hace tanta falta. Atravesamos miríadas de cuerpos extraños, anatómicamente humanos pero de condición depredadora, fría, puramente instintiva pero no puedo registrar de ellos una naturaleza asesina o maligna. Es como caminar a través de la niebla, en medio de un purgatorio de almas en pena.

Cuando más lo necesité, 'papá' desapareció, y en reemplazo me llevaba de la mano un anciano encorvado y arrugado como papel. Me solté y seguí corriendo.

Encontré el camino de vuelta a la sala de juegos. Mi familia está allí, todos ellos. Quisiera decir que estoy contenta de verlos, pero solo siento tragedia y desesperanza. Una corriente de aire me sacude, me revitaliza.

'Tienes que pararte frente a sus caras ¡y comerte sus ojos! ¡No les temas!', me inyecta de valor mi hermano.

Crucé el umbral.

Veo un rostro sin dientes, sin sonrisa. Una anciana sin ojos. Toco sus pómulos, secos y huesudos. En su muñeca derecha, el mismo reloj que me regaló mi padre. La inscripción en su reverso: Matilde".

(78)

jueves, julio 26, 2012

Apocatástasis

“He caminado sobre la superficie del sol… como tramo decisorio en la larga y peregrinal ruta hacia la Gran Unificación, uno de los más importantes proyectos en la construcción y definición de mi propia humanidad.

Previa y justamente, consideré necesario volcarme hacia mi propia oscuridad, para defragmentar y desatar desde allí, mi propia luz.

Con los ojos contornados hacia el corazón, volví -gracias a una inspiración célica-, a ese gusto y a esa tarea primigenia y atrevida de arquitecturizar mundos con neologismos y alquimia.

Volver, a las personas que me lo dieron todo para saber caminar y conquistar, no es solo justo, es también posible.

Volver, después de tres años de enceguecimiento, es oportuno. De ahí, mi lucidez y gran claridad para la comprensión de misiones importantes de vida.

Volver, y perder el miedo, para retomar el valor del perdón pedido y otorgado.

El valor, así como es justo y necesario, de volver a amar… algún día pronto.

El retorno a la esencia. El retorno a la inocencia”.

(79)

domingo, junio 24, 2012

Weapon of choice

 "I was seven when my dad raped me. Twenty years later I'm here, working fourteen hours a day (in a meaningless job) and not a day goes by without remembering it still hurts... so I hurt myself a little more. A razor blade -my weapon of choice- helps a lot on that area, especially when I'm in the tub, right before trimming my privates. Mom's right outside..."

(80)

Jamais vu (Beso autumnal)

(suggested bgm: Amanece)

“Te veo cada cierto tiempo desde hace unos lustros, pero es extraño, en cada encuentro eres un rostro distinto... El olor es el mismo. La espuma marina y el almizcle en tu cuello, como cuando pasaste detrás de mí la primera vez. Eres siempre el mismo, la misma sombra furtiva...

Por ese perturbador jamais vu te vuelvo a pensar, te desentierro, te descubro en otras caras, te dibujo de a poco, reconstruyo tus pómulos y labios, armo las piezas de este juego y te desarmo, y te reinstalo, y te doy vida con el mismo beso azul…”.

(81)

viernes, junio 22, 2012

La limpia

(suggested bgm: Happiness is a warm gun)

“Recuerdo que venía manejando, acompañada de mi padre y mi madre. Ella, un ángel raro, alguien a quien me ha costado entender, sugirió una vez más entre sus silencios extraños, entre sus despechos e inconformismos, en el camino a casa de vuelta desde el consultorio de un doctor más: “…ha de ser para que sigas metiéndote droga, ¿no?”. Mi histeria, mi orgullo, ese fulgor inevitable, se volvió un dragón hipertrofiado e incandescente. La ruta exigía pasar por casa de mi abuela. Ni siquiera la saludé. La dejé con otro beso en el aire. No me importó nada. Mi único objetivo era darle de comer a mis demonios, a como dé lugar.

Me encerré en un justo y requerido crackhaus, una vez más. Gigolós, exhuberantes mujeres, junkies. Tod@s estaban ahí, y el sueño se volvió un consumario de colores esta vez confusos en verdad.

Recibí una llamada a las 4 de la mañana. Uno de mis mejores amigos, maestro de mi vida artística y profesional, había estado enfermo, entre la vida y la muerte durante semanas y nadie me había contado. Volé.

Todo se volvió entonces una pesadilla. Una pesadilla sin fin. Habían enfermeros, doctores, ayudantes, familiares. Su casa y los exteriores estaban atestados de todo tipo de personas. Por primera vez en el patio de su casa y escaleras había gente por doquier, confusión y dolor por doquier, preocupación y angustia por doquier, en el aire, en la noche… una noche que temía que jamás iba a terminar.

Lo vi. Era tan confusamente aterrador que no sabía si su mejilla derecha sangraba profusamente o si estaba gangrenada. Estaba enmascarado y vendado casi como una momia que había regresado del más allá, pero cubierto en sangre y hematomas, más débil que un mutilado de guerra, apoyado en los brazos de dos ángeles de la muerte. Ni siquiera podía yo proferir su nombre. Tuve que taparme la boca para que mi pensamiento más trágico no se me salga y se convierta en el espíritu maligno que creo que ya había poseído su cuerpo desde la médula.

Dos amigos más se acercaron corriendo para ayudar a cargarlo. No pude más. Salí corriendo de allí descorazonada, golpeada de ver el dantesco cuadro.

En el interior de su hogar vi a las personas más raras que podría imaginarme. Miró siempre se había rodeado de una cultura bohemia pluricultural intelectualoide. Almas condenadas, autoflageladas con su propio talento. Escritores, pintores, poetas, pensadores, filósofos, cineastas: maricones, putas, drogadictos. Miró tenía un sable samurai en su habitación –en ese momento yo subí a su recámara y los vi a la mayoría de ellos allí, lamentándose por él, recordando juntos los momentos más significativos de vidas compartidas, entrelazadas y conectadas por el arte, sí, pero también por el dolor, al cual Miró era adicto por sus oscuras razones- tomé la espada, sollozando, temblando, delirando, y lo pensé, pensé en perforar mi estómago con él…

Pensé en todo el dolor que Miró de seguro había venido sufriendo. Él, una persona implacable “para hacer justicia”, como siempre decía. Él, la autoridad máxima en su departamento, un semidios autoproclamado, un bisonte titánico, enorme, robusto, fuerte ante todo, genial para las letras y sueños, para las planificaciones, obsesionado patológicamente con sus proyectos y creaciones, con sus ideales, en el fondo bueno, pero esa luz muy poca gente la podía ver.

¿Quién está castigándolo por su soberbia? ¿Quién está consumiendo su organismo desde el interior? Sus células mueren a cada nanosegundo. Millones de ellas. Es el cáncer más despiadado, “implacable”, como el ‘egotrip’ en el que se había embarcado desde que fue nombrado líder de su área de trabajo…”.

Matilde nunca había llorado tanto. Lo había visto todo. Todo lo que fue (por ese infundado orgullo), todo lo que nunca debería ser (por ese infundado orgullo)… Esa noche se levantó por una explosión de lágrimas inevitable, -implacable-, perdurable en el tiempo… sanadora.


(82)

miércoles, enero 25, 2012

Neptuno de Playas

"¡Te extrañé, Carlito! Extrañé entonces... al abuelito que nunca tuve...

Noche nostálgica.

Ipso facto:

'Solo tú has podido ver en mí eso que nadie más ha podido...'. Gosh. ¿¿Cómo fue que le dije eso a Krall?? Semejante idiota...

Noche de booze. 'Everyday is friday, right?'. Eso mismo. Noche de ajenjo. Mi estómago no lo soporta ya. Pero tampoco creo superar los 40. ¡Bien vividos, coño! Sexo, drogas y todo lo demás, supongo.

Te mando un abrazo fuerte donde quiera que estés, querido Carlito. El Neptuno de Playas... Sapiencia quasi centenaria. Amante de la palabra escrita y simpatizante de Gustavo Adolfo Bècquer. Escribiente. Poeta. Filósofo. Escolástico por naturaleza. ¡Curandero del alma! ¡Digno bebedor! ¡Kampai!"

(83)

sábado, octubre 29, 2011

i am blind but wise

"I walk through the woods. My eyes are not allowed to see. I am pulled by forces of the night. I wander through the uncertainty of stalkerish goblins, scattered all around the valley. The inhabitants of this place have lied, and told others i am a connoisseur of all races and religions. I am more than a messanger, though. I am beyond matter".

(84)

deathless

"The dead are quite interesting. Their smell. They are warmer than most living. They ressemble a poem.
To be deathless, eternal, incorruptible, is true madness, though. Even worse. Absolute boredom".

(85)

i am vegan

"It doesn't mean i eat vegetables :) I mean i try. The thing about a vegan is that they search for beauty, above all. But at the same time, the violent happiness of the city. They do not belong to this star nor galaxy. They eat walnuts and pain and turn them into flowers".

(86)

viernes, septiembre 23, 2011

Shadowing


(NOT TO BE TAKEN IN ACCOUNT AS PART OF MATILDE'S DIARIES)


I followed this one right down into 'The Void'. Blue, pink and black lights pulsating with the DJ’s beats. I saw she floated among the crowd, dancing. I went right after her as she entered the ladies’ room. But then, it happened. I passed out and I went there again. I saw Ursula’s black hair moving with the autumn wind. Her star headband. She was standing in front of trees as big as ten story buildings and red as crimson. I had been thinking of her a lot, God only knows why. This girl I followed, her black hair, her hips, tight as a wasp’s in a corset, dark as night, her nail polish, everything, just like Ursula. I don’t know how long I was unconscious, then I woke up.

“It happened again”, I told myself coming to. I got up slowly, my body was still a little numb as I tried to get back on my feet, leaning on the sink with clumsiness to finally stand up. I could see her legs on the floor, coming out underneath the bathroom’s door. I got closer, the hair standing in the back of my neck. My hands were shivering. I opened the door, and as I was doing it, I knew what awaited. I slapped my face, pictured me sitting in jail -I had been following this one for a couple of weeks-, while I was looking at her body just lying there, her face on the toilet, covered in spit and blood. But then, she was breathing! Thank God! I checked her pulse, her bleeding nose and her mouth. There was so much marching powder in her nose and mouth that some bits of her palate were actually falling out. I thought indeed there would be no tomorrow for her. Then she opened her eyes! I panicked and just took off.

“What’s wrong with me?”, my flash reflection as soon as I got in the car, right before racing through the city home. I went upstairs to our bedroom. Good thing the wife was dead asleep. Went back downstairs to the studio. I needed to clear my thoughts. It wasn’t just ‘Vicious Nina’, the girl I’d been after for the past two weeks. She wasn't the first one. Going over the mementos I’d kept from the houses I’ve broken into keep me going, just as much as remembering every story I’ve learned from the people I’ve analyzed in those homes. It had become an addiction.

I thought I could wipe out everything that happened the night before. The note I read from a text message on my cell made me think again, “I'll find you”.

I’ve been unemployed for almost a month. Haven't had the balls to tell the wife. I get up, breakfast together, “Have a good day at the office, honey”, all that, except after leaving home, which is when I take on my new routine: following people.

I keep a journal on the people I followed. Their habits, their routines, how they dress, how they smell, where they go to. It’s a good excuse to keep writing.

That morning I went into a diner to get some coffee. I thought of ‘Nina’ again, wondered what could have happened to her. The waitress takes my order. She was wearing a headband, also with a black star, just like Ursula. Black curly hair, too. I couldn’t help being struck by her smell of violets, musk and clove. That kind of scent in the morning seemed rare, at least to me. I wanted more. I wanted her.

I was afraid of talking to her straight away. That’s when an opportunity from the skies fell on my lap. “Jack, I’m just going to take care of that last customer, clean up a little bit and then I gotta run out the door”, she told the manager. I finished my black coffee and left the diner. I thought of waiting for her right outside but I ended up getting in a little bookshop in the opposite corner just to kill some time. I started leafing through some novels but only one held me there for longer than expected. Now matter how many times I’d read Thus spoke Zarathustra, every time I bump into that book I have to grab it and read some pages.

I got out and had only one idea in my head: the violets, the musk and the clove. I came back to the diner but she was gone. “Damn it!”, the adrenaline rush kicked in my guts and heart, beating like a hound-dog’s. I ran to the back alley, nothing. The main street, not a trace. Went back to the diner to ask another waiter. “Hey did you see…what’s her name? The waitress? Mmm… Black curly hair, tall, headband? I go to school with her and I’ve got her notes”, I sort of startled my stupid lie. “She’s gotta be taking the subway now, dude”, a friendly voice put a smile on my face. I got to the station in fourty six seconds. I was sweating like a junkie. There she was! I had one last chance to get her! I managed to get in and stay right behind her in the sub, without being noticed. No one else around. I sat five seats in the back. “God, her hair”, I sighed and kept trembling. I sat a little closer. She wasn’t wearing any rings. Her red coat, “Ursula's favorite color”. She pulled out a pack of nuts from her black purse, just as petit as her ballerina red shoes, and started eating them with no haste, grabbing one at a time, and after each bite, she kept her hands together, like praying, and then looking through the window. She took her time, just like “one must take the time when being seduced by good wine”, Ursula once said. Then, fade to black.

The trees as tall as skyscrapers and red as crimson. Her hair, not her face, again. The dream started to blur this time. When I came back, I saw the waitress unconscious, against the window. No blood this time. I didn't panic. And this time, I didn't stick around to find out if she was breathing or not. I got off on the next stop.

This one had really meant something more than just curiosity in me. But then again, it's just like everything else in my life, everything fades in a blink, and time has its way to destroy it all in a day's time. The only thing that I kept was her smell.

Next day. Same drill. Needed to find an excuse to keep shadowing, to keep writing about the emptiness of my life reflected on my new daily rituals.

“I'm closer than what you think”, a new text message on my cell.

“Something's different today”, I thought at every step. The past five blocks I felt like a cross-hair on the back of my neck. Someone was following me now. I started running. I got to an alley. It was at night. Then I started running faster at every second. I was almost at the end of the alley. I turned back. There was nobody there. I kept running to get to the corner and ask for help. Then! A flashing light blinded me and I felt something hit me in the back of my head. I couldn’t tell what was happening.

Everything went black. Somebody started to ask me questions but I couldn’t tell who that was. I couldn’t see a thing.

“Why were you looking for me?”

“Ursula?”

“When did your life became this? This thing you’re doing now? I feel responsible for it”

“Don’t. I’ve felt empty for so long I can’t even remember when it all began. These people I’ve been sneaking up on and their routines… They sort of filled in the void. Some of them were fascinating, like this guy, a stunt double in the morning, a taxi driver at night and an aspiring painter. Some of them were like me, trying to justify their existence with work and a marriage they actually ended up hating. And only a couple of them reminded me of you. I thought I’d see you again, be with you at last”.

“I thought you’d wait for me. You knew I’d come back for you”.

“Would you ever forgive me?”.

My vision starts getting clear now. I see the girl in my dreams. But only her back, again. And she’s not standing in front of trees now. We’re on the roof of a skyscraper. She’s standing at the edge.

“I thought we would grow old together”, she sighed.

She throws herself from the edge. I ran with my heart in my throat. The star on her headband flew off as she fell in slow motion. I got to the edge, only to grab the green headband star.

I wake up. I’m tied up and a nurse comes in.

“What am I doing here?”, I yelled and tried to release myself from the straps holding me down.

“I’m not in a good mood today, dear. You know where you are. This is where you’re supposed to be. You know we take care of you here”.

“Look, I don’t know what this place is, but I was with Ursula ten seconds ago. Where the hell is she?”

“No, you’re in a mental hospital, sir. You’ve been here for the past five years. And this is what I pretty much remind you every morning, so if we’re going to do it that way I’m going to have to call the warden”.

She gives me Thorazine and Haldol. My muscles and my arms start giving up. I stop clenching my right fist, revealing a green plastic star in my hand.

domingo, mayo 08, 2011

Matilde

"Quiero que sonrías cuando leas estas líneas... descuidado lector, crítico atento, curioso y atrevido soñador... sonríe, e imagíname sentada en la playa más hermosa de toda la devastadora soledad del universo... cierra los ojos, y encuéntrame, en esa playa, sentada en la arena, con las piernas recogidas, pensando en ti mientras me pierdo en el horizonte, e irreparablemente, extrañándote, sin haberte conocido todavía..."



(suggested bgm: Cerati - 'Sal')

Con ese introito, Matilde se dispara y le da la bienvenida a quien encuentre sus memorias, acto ya registrado y posterior al cual decidí compartirlas. La relevancia de ese primer corto párrafo, sin embargo, no significa el inicio de sus diarios (o en realidad, el final, ya que su contenido sigue una secuencia en reversa), si no más bien, supone un recordéris y justificación de las cien páginas que pintó con sus colores más apasionados... y su propio crúor.


enjoy...

magus


(87)

miércoles, diciembre 15, 2010

Inesquecível

Fue tan poco el tiempo en que Matilde y Krall se conocieron. Entre ellos nunca ocurrió nada, y esa, como es perfectamente entendible, es una de las cosas que la inquietan por las noches y en sus noches de vigilia sin fin. Aquello, y a la vez, el hecho de que nunca logró entender a alguien como él.

Krall y Matilde se conocieron en la playa. Algo particularmente extraño -y a la vez, clásico- pero lo suficientemente surreal como para que esa impresión dure toda la vida. Esa, y la primera impresión que tuvo al verlo la primera vez. Lo que de inmediato llamó su atención fue su físico: un espectacular torso, músculos moderadamente estilizados, lejos de la insípida hipertrofia 'gigológica', cabello negro lacio e hipnotizantes rasgos asiáticos en el contorno de sus ojos.

A la noche, llegaría el encuentro… aquel que se convertiría en el momento verdaderamente inolvidable para Matilde...

(suggested bgm: Nat King Cole - 'Unforgettable')

Nat King Cole became the pulsating nerve that spawned everything that night, deriving into the most sensitive fiber in the backbone of her emotions being touched as never before.

She sat at the porch, with the cool nocturnal breeze from the shore and the ocean, "perfectly contempt" on her own, as she would say. But not really. That’s what she WANTED to project. She wanted someone’s attention. HIS attention. So she put on an old record. Of course, it was Unforgettable, from the jazz minister himself. It was meant to be. Guess what happened next. He was right there, across that dirty old porch, right across the street. A flawless vision. His black straight hair. His skin. His eyes. He was staying at his cousin's and the house was right in front of her place, so he could perfectly hear Matilde's moonlight 'serenade'. Or at least she thought so.

No one else was there next to her. She wanted that moment for herself, she wanted to savor it, FOR herself, but at the same time, for this strange man, who has right then, her own divine vision on the first day of a new year. After all, she did know something about the infamous Mr. Krall. She had had the chance to talk to him before, so she knew he was a sucker for jazz.

During that momentary lapse of delusion, Matilde had a blip inside her head. She thought of one particular place she had fantasized with before. Karlovy Vary, her own personal desired place where she would spend the rest of her days with her love-to-be. She had absolutely no idea how to get there, but none of that really mattered for her. She fell in love with the idea of going there before getting old and living in the beloved town of the 'prince of poets', one of her favorites, Johann Wolfgang Goethe.

Now she switches to the great Piaf. Funny. She’s a sucker for History and movies, which made her picture herself with three soldiers in 1943 at the midst of WW2, sitting down by the stoop of a bombed police precinct listening to Edith Piaf's Tu es partout. Mid afternoon, in the middle of desolation, of nowhere, talking about memories, awaiting for death, fearing, dreaming, hoping… Of course, it was a screenshot of Saving private Ryan.

Eleanor Rigby would be the next on her 'playlist'...

Till she injects herself with the courage required to finally stand up and go talk to him…

Matilde era la "reina de la mentira", como la ha ponderado su mejor amiga. Y en esa línea, no habría espacio para la duda al momento de creer que fuese tremenda buena actriz.

Primero fingió hacer uso de su móvil para llamar a un amigo que estaba próximo a llegar a la ciudadela donde se hospedaba. "Hey, ¿cómo estás?", le dice a Krall, volviéndose a presentar y cubriendo con la palma de su mano izquierda la bocina. "Disculpa, lo que pasa es que un amigo viene para acá y no sé cómo explicarle la ruta", prosiguió. "¿Me puedes ayudar?". "Seguro", contestó Krall amablemente y con una sonrisa honesta y generosa.

Los 'datos' fueron provistos. La 'escena' había terminado para Matilde. Ahora era el turno de finalmente conversar un poco más a fondo.

Matilde estaba paralizada de la emoción. Estaba loca por él. Absoluta, innegable y terriblemente loca por él. Él lideraba el área de mercadeo de un banco local muy importante, y paralelamente, llevaba su propio negocio de organización de eventos, cosa que ella admiraba más que profundamente.

Pero había algo más, algo que, justamente, fue lo que nunca pudo olvidar de él. Su pasión encendida e inagotable por el jazz y el blues. Krall tocaba el piano y el acordeón en su propia banda. Ella estaba impávida, llena por dentro con toda la carga de sensaciones de relación e identidad que sentía.

Quedaron en salir en grupo hacia la playa a la mañana siguiente, y a una fiesta que "en pocos días" tendría lugar cerca de su casa, le dijo Matilde. Mentirita piadosa, obviamente…

Seguramente, se volverían a encontrar...

(88) y (89)

domingo, agosto 15, 2010

El caballero de Salango

Matilde lo conoció durante su etapa de viajes internos en el país. Sin embargo, el encuentro entre ellos fue bastante peculiar, y, de alguna manera, marcó el caminar de Matilde en sus senderos de "autoanálisis", en sus propias palabras.

En su segunda noche recorriendo Manabí terminó en Salango, uno de los tantos pueblitos polvorientos y algo desolados de la famosísima 'ruta del sol' de la costa ecuatoriana. Allí, Matilde, sola como ninguna, sentada mientras comía pollo en una esquina que tal vez en su natal Guayaquil jamás se hubiese atrevido a visitar, sintió una mirada contemplativa a sus espaldas, casi como un haz infrarrojo de alguna manera calentando la piel de su nuca muy de a poco, pero cada vez con mayor intensidad. Matilde se voltea con la supuesta excusa de llamar a alguien del local por más servilletas. Entonces logra verlo. "Morboso de mierda", pensó ipso facto. Tuvo tiempo y excusas para estudiarlo un poco más. La mirada vivaracha del tipo parecía decirlo todo. Era completamente perturbadora. Semi barbudo, cabello castaño crespo y corto. Cuarenta y algo. Flaco. Parecía venir de cualquier lugar menos de Salango, "probablemente de Guayaquil, y está aquí porque huye de algo, diría yo", fue su pensamiento subsecuente, sin temor a contradecirse por su "morboso de mierda" anterior. Sonreía todo el tiempo, y no dejaba de ser amable en momento alguno: con la chica que atendía en el asadero, con el niño betunero que se le acercó en cierto momento, y claro está, con su propia compañía, un aparente amigo con quien se había sentado a comer. Parecía difícil creer que fuese un "morboso de mierda" per se.

Pero él no le quitaba la mirada de encima...

De pronto, el niño betunero se acerca a la mesa de Matilde, quien aprovecha, oportunísima y curiosísima:
-¿Quién es este loco aquí atrás mío que me está mirando?
-¿El ojón de camiseta blanca?
-Sí, ese.
-Ah... ¿Qué, no lo conoce?
-Si te pregunto es porque no sé, ¿no?
-Ah, bueno, es que aquí todos lo conocen. Todo el mundo le dice 'el caballero de Salango'. Yo lo veo casi todos los días pero la verdad es que no sé cómo se llama.
-¿Y por qué le dicen así?
-Porque es buen dato con todos, es muy amiguero, siempre ayuda a la gente, siempre saluda a todos, parece diputado o loco (risas). La señora que vive aquí en la esquina lo adora, por ejemplo. Ayuda a las abuelitas, también les da clases de inglés gratis a algunos niños.
-Ah, ¿sabe inglés?
-Creo que aprendió en Guayaquil.
-No sé pero me intriga. Y siento que me queda viendo a cada rato.
-Ah no, pero tranquila, él es buena persona, y lo dice todo el mundo. De pronto usted le gustó.
Una sonrisa honesta, aunque tímida, fue el regalo que recibió en aquel momento Matilde de parte del niño.

Sigue comiendo su pollo, sola, como sólo ella -mientras el niño se va de vuelta a sus vueltas en bici-, como solo una errante eremita como ella podría sentarse en una esquina de nadie, casi desolada, una esquina de extraños 'caballeros', de polvo y de pollos...
Ahora arranca su cacharrito -una Datsun 1000. Espectacular y flamante a sus treinta y muchos de longevidad- y empieza a rodar lentamente, con la sublime nostalgia de fondo de la emperatriz del blues, Bessie Smith (suggested bgm: After you've gone), por las estrechas calles del centro del pueblo manabita. Se detiene frente al malecón. Se baja, descalza. "Correcta", exhala. "La mar...". Pensativa, reflexiva, introversa como siempre, silente, siempre silente... Ya son casi las once de la noche. Alguien parece acercarse. El 'caballero', sorpresivamente, a pocos metros detrás de ella.

"La mar...", dice casi a manera de susurro pero con la suficiente firmeza fonética -y extrañamente, poética- para que Matilde lo escuche. "Algún día volveré a ella...".

-Suena como si hablaras de una mujer... ¿suspiras por ella?
-Suspirar es una forma de debilidad.
-Extrañar a alguien no es debilidad, no si amas de verdad, y cuando amamos de verdad somos entonces niños de corazón.
-Interesante. Puede ser. ¿Cómo te llamas?
-Dejémoslo así mejor. No sé por qué me estoy atreviendo a hablar con un extraño como tú. Mejor dicho, no sé por qué no he salido corriendo de aquí al verte. En otro momento ya lo hubiese hecho, pero siento que, por alguna rara razón, no tienes malas intenciones. Ahora parezco loca hablando.
-Creo que sin hablar ya pareces un poco loca (risas).
-Atrevido... (Matilde sonríe. Ahora están parados uno al lado del otro frente al mar, viendo hacia el mar). No sé ni qué hago aquí (Ahora camina hacia el agua, dejando a unos cuantos pasos detrás suyo al 'caballero').
-Me voy a atrever a opinar: buscando respuestas.
-¿Cómo podrías saberlo?
-Te sorprendería saber...que hay muchos como tú, y como yo, aquí y en los lugares insertados entre la nada, buscando, buscándose a sí mismos, tratando de reencontrarse... En esa búsqueda, algo me sirvió muchísimo: pensar, de todo corazón y honestamente, que puedes encontrar "todo lo que necesitas... en tu propia mente... si te tomas el tiempo..."
-¿Y tú cómo te llamas?

Sólo el latigueo de las olas contra la costa respondieron a la interrogante de Matilde, frente al mar en alta noche. Se volteó. La nada. Sola de nuevo, sola como sólo ella, de vuelta minutos después a su cacharrito, despidiéndose de un polvoriento pueblo, de la esquina de pollos, de sabias voces, internándose de nuevo en la carretera, en camino hacia más parajes infamiliares...


(90) y (91)

miércoles, junio 09, 2010

la tristesse durera tojours...

"Existe algo muy malo dentro de mí, un anticristo en potencia, un libro de conjuros y repasos a manera de confesiones de bruja que cada cierto tiempo vuelvo a leer... para recordar quién y qué soy...", encontré en las páginas más oscuras de este matroteto de Matilde.

"Por eso, por ese bosque infinitamente negro en mí, es que tus últimas palabras, 'tristán rêveur', se quedarán en mí, mientras me flagelo con las reminiscencias de mis días más oscuros...

Las repito, tras relamerme de gusto cuando tomo algo que no me pertenece...
Las repito, cuando mi proceder no es el más humano...
Las repito, las hago mías, porque sé que te fuiste, que me dejaste caer en el más profundo de los comas, esperando a que me perdones por quedarme dormida, esperando a que me despiertes de este sueño de aves rapaces y lágrimas de sangre..."

(suggested bgm: El accidente)

(92)

viernes, marzo 05, 2010

Más allá y de vuelta...

"No sé si el resto de mujeres se sientan así... así como yo me siento a menudo... como la mujer más sensual existente... Soy Perséfone, soy el alma encarnada de Edith Piaf, soy la voz y el fantasma baleárico-escandinavo de Sophie Barker (suggested bgm: Wish you were here), la ninfa más deseada, más atrevida, más escondida, más letal, una 'femme fatale' en su máxima expresión... Y el horizonte no tiene límites... Sólo me dejo llevar... sólo soy...
Es como cuando toco el harpa... No hay nada más que en ese momento importe... soy entonces completamente etérea, sempiterna, amorosa, amada, amante, de nadie, de la noche, oscura, pero vigorosamente viva...
Empero, a ratos, por las noches o entre nube y nube de trabajo siento que soy una bruma incierta, una que en ocasiones parece saber más de lo que no quiere versus lo contrario... También juguetona, detallosa, detallista, dialoguista, temático-obsesiva, a menudo egoísta, amante de las palabras, amante de la libertad y de su propia voluntad, intensa -aunque inerte cuando se siente desmotivada-, ¡y siempre noctámbula!, ¡nictálope!, ¡y multipolar!, ¡e inconforme!, ¡y vanidosa!, ¡y recelosa!, ¡y enemiga de las moscas intonsas y superfluas!

Si me preguntan de dónde vengo, creo que la respuesta más aproximada sería decir que de la oscuridad... El problema es cuando me preguntan (o peor aún, me pregunto) hacia dónde exactamente quiero llegar... porque no lo sé...
Pero si algo me quita el sueño es ser una escritora viajera, de crónicas, de visitas, como columnista, como reseñista, como guía, como hacedora de parajes y sueños, e historias mínimas, y no contadas, y atemporales, y fantásticas... aunque tal vez ya lo sea, y no estoy consciente de ello..."

(93)

viernes, febrero 26, 2010

¿Epicureísta?... ¡Por supuesto!

De Matilde una segunda cosa es muy cierta (la primera es que no sabe lo que quiere): su afición y gusto por el buen comer es en una palabra...EXACERBADO.

(suggested bgm: In a sentimental mood)

Para Matilde, pocas cosas hacen que la vida no sea tan dolorosa: el jazz, el blues, los cuartos bohemios alejados de la "simplicidad de la superficie" (en palabras de su cantora y poetisa islándica favorita), el perrier jouet, el pinot, ir a pescar, John Coltrane, Sade, Virginia Woolf, Truman Capote y su propia pluma con la que se ha animado a escribir estos diarios que yo, como Magus, intento 'deshojar' y rescatar de ser quemados. Así es, quemados. Pues ya sé, de lo poco que he llegado a entender de ella, que su intención es artísticamente individualista. Ella me encontró a mí (o quiso que la encuentre a ella) para ser su primer y único vínculo, y a la vez, el último antes de despedirse.

Comer, decíamos... Uno de los placeres más excitantes para su hipersensible vista, gusto y olfato, siendo este último el primer sentido que desarrolló.

Y es ese, es allí donde recae, reside y del cual se entiende la búsqueda apasionada, implacable del placer que Matilde anhela desde la rara arquitectura de su 'yo emocional'... Su desenfrenada forma de sentir, de ser violentamente golpeada por las emociones más intensas...

"¡A la mierda el 'cogito'! ¡'SCENTIO ERGO SUM' debería ser nuestra oración de cabecera! ¡Estoy harta de pensar! ¡Deberíamos todos sentir más! ¡Y pensar menos!", encontré en una de sus páginas más interesantes y 'coloridas'...


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martes, febrero 16, 2010

Natural

"Es inevitable que me aleje, a pesar de amarlo... (Eso creo...creo que sí lo amo...) Es algo que no puedo descifrar todavía. Una parte de mí quisiera quedarse con él toda la vida pero esa parte no es de mis más fuertes pálpitos".
"Es imposible no ser fría, indolente, insensible, inemocional muy a menudo...es esa tristeza inextinguible en mí, la que no me deja ser diferente... Amarte y no amarte, es simplemente natural en mí..."

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domingo, febrero 07, 2010

In albis

"En blanco, vacía... Así me sentí ayer, el día en que desapareciste de mi vida, luz etérea..."


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domingo, enero 31, 2010

Comisura sangrante

"Hoy me siento de cara frente a mi propio reflejo y no siento más que aversión". La noche anterior, Matilde fue víctima de su propio diablo hematófago, del demonio blanco que lleva por dentro. Fue un escandaloso encuentro con la esposa del Sr. Krall lo que le trajo su despertar hacia la oscuridad más negra de la que siempre huye, de la que niega como esencia: "Sólo la idea de que ella te toque me vuelve loca, me trastorna, me desestabiliza, hace que me vuelva insensata, como un animal", le dijo entre sollozos y arrepentimientos.

"Esto es lo que soy, un animal voraz y vengativo, pero sobre todo, que protege a toda costa a quien ama", se justifica luego. "Ojalá puedas entender aunque sea una pizca de eso, antes de dudar si te amo...".

Finalmente, se resigna, se acepta, se lamenta y se ve en el espejo de su presente y futuro: "Gracias a ti me di cuenta de que soy incapaz de tener una relación, por cuanto no sé cómo ser la mujer de alguien sin ser la torpe que soy. Por ti ahora sé que no puedo amar, que no tengo la capacidad de hacerlo, que si puedo darle luces al mundo sería sólo a través de lo que hago, de mi trabajo, ya que en aquella otra área estoy tan... dañada, tan golpeada, que a todo al que intente tocar termino infectando con el veneno de mi demencia".

"Je t'aime comme un fou, comme un soldat, comme une star de cinéma... comme un loup, comme un roi, comme un homme que je ne suis pas..."

(suggested bgm: Je t'aime)

Si de algo sirve, "te amo como un loco, como un soldado, como una estrella de cine... como un lobo, como un rey, como el hombre que no soy..."


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martes, enero 26, 2010

le temps dètruit tout...

"le temps detruit tout...", le susurró Gaspar al oído de Matilde... "El tiempo lo destruye todo...".
"Y lo hace...", destila ella de sus pensamientos, reflexiva, silente, pero tan intensamente ansiosa por dentro como el resplandor de mil soles... "Incluso los cuentos nihilísticos como el de mi propia vida... Incluso a Rafael y al Sr. Krall... Incluso al amor...".

Ahora, se rectifica: "qué estupida yo, qué trivial. Qué palabrita aquella, tan ridícula, ridícula como Diana, imbécil esa, que se quiere casar para sentirse 'emancipada'... Su vida es una muerte que camina con la velocidad de un cigarrillo apagado esperando por descomponerse por sí solo".

Pero hay algo que Matilde no quiere admitir. Su mayor temor. Y es que el Sr. Krall es algo que irrumpe en su calavera a horas impertinentes (aunque para alguien así de noctámbulo y nictálope como Matilde, no hay horas impertinentes), seductora pero demasiado lentamente, algo así como "una muerte que camina con la velocidad de un cigarrillo apagado esperando por descomponerse por sí solo", algo así como una exquisita tortura sadomasoquista.

Hay tantas cosas que a Matilde le enamoran del Sr. Krall. Y aunque en menor pero de importante medida, hay cosas de él que ella desearía creer de sí misma. Después de todo, de algo está segura respecto a las cosas que quiere: que no consideraría ni en sus pesadillas más escalofriantes el involucrarse con alguien a quien no admire profundamente.

"Cuál entonces es tu temor?", pregunta Gaspar. "Que yo no sea intelectual, artística y físicamente tan deseable como él es para mí", responde la pluma de estos diarios quemados.

"Estoy aterrada...". Su segundo y mayor temor. "Porque lo conocí... y ahora sé que él existe, que hay alguien como él allá afuera... y no puedo ser suya...".


(99)

lunes, septiembre 07, 2009

Puertas cerradas

(suggested bmg: Any other name)

Matilde... simplemente ya no quería vivir... A pesar de haberse enamorado de Rafael, de sus ganas locas por ser un todo, por estremecer al mundo con sus ideas, con sus sentimientos, nada de eso bastaba, Rafael sería para ella un ciclo, como todo en la vida, según le decían los lentes con los que ella veía el mundo.

Las puertas se cierran, observa ella cada noche... Una casa vacía, sólo una luz tenue en espera de una madre o de un padre (al que le haya tocado esa noche desaparecer del mundo) que nunca llegará, es lo que podría decirse que ayudaría a distinguir que son las paredes de un hogar (o de una casa, en todo caso, ni siquiera un hogar, ya no) y no una prisión, o una silente morada de espectros que ya no lloran, que ya no se lamentan, porque ya no tienen lágrimas, porque ya no tienen voces, porque ya no tienen almas...

Matilde... Se suponía que ella sería la visionaria, la luz que esperaría, que traería esperanza, pero no supo ser fuerte, tampoco cuándo rendirse... Sólo se fue a dormir... Y nunca más despertó...


(De sus diarios quemados)

(100)

jueves, febrero 01, 2007

esse

Ser vespertino, ser del ayer,
ser de la luz, ser diurno,
ser lucífero, ser lucífugo,
ser de la noche,
ser furtivo,
ser culpable como la noche, ser debidamente culpable,
ser noctívago,
ser un refractario, ser ideal, ser visionario,
ser magia,
ser inalcanzable, ser libérrimo, ser altísono,
ser purista,
ser centinela,
ser de tus sueños, ser idílico,
ser nihilista, ser epicureísta,
ser introverso, ser doble,
ser el plecto de tus letras, ser insensible,
ser el letargo, ser el nepente, ser el olvido, ser el olvido...


magus

jueves, abril 06, 2006

(sigh)

De libélulas y misticidades varias, y magos y sueños de arena, y rosas amargas y quejíos desde los orcos, desde los leteos y espirales subterráneas donde construye la pluma agrestes y densas sentencias que traten de definir el oneirismo con el que intenta esbozar identidades propias. Ella intenta seguir, intenta ir hacia las letras de nuevo, hacia las alas del deseo (el más cruel de los infiernos) con las que atrevidamente encara un peligroso destino en cortes de dolor, sangre y belleza, lugar precisamente donde enfrenta a sus diablitos de fin de semana, de quienes empero se ha nutrido a lo largo de incontables noches de angustia existencial junto a su sombra, tan enamorada hasta los tuétanos del desvelo en horarios irreverentes.
Al fin, ya de pie desde las catacumbas, letras y élitros dan paso al poeta, al inconsciente, al visionario y presumidamente atildado, al iconoclasta solitario.
Hoy madrugada, cuelga la pluma sus máscaras y desnuda su verbo a través de estas teclas ante tu despiadada e impía mirada, querido extraño, querido lector.


Gracias engel, gracias Lila por sonreír y por ser.


the magus


Febrero 11, 2006. 22h30