jueves, septiembre 26, 2013

Golondrina Roja

(suggested bgm: Make love)

Caballero: ¿A qué se debe el color en tu pecho?

Roja: Me diferencia de las demás por mi deseo lascivo de moverme y viajar constantemente, en busca de re-descubrirme... constantemente.

- Pero si eres golondrina ¿no buscas hacer también tu nido?


- Soy migratoria por naturaleza, pero también creo en la felicidad y en el amor, así como en la humildad y el egoísmo. De modo que sí, también pretendo hacerme una taza, un nido, como buena golondrina. Solo dependo del momento. Ser oportuno es ser buen 'hacedor de taza'.

- ¿Qué haces entre tanto?

- Me mantengo errante entre realidades y escenarios. En ese proceso a veces se torna difícil cuando creo que nos discriminan a las pocas golondrinas pelirrojas que habemos (aunque en realidad nunca he visto a otra).

- ¿Es cierto que hay golondrinas canalla? Puede que la alondra les haya enseñado de ese arte. Y la alondra a su vez creo que aprendió del ruiseñor, capo de la galantería y de gran talento histriónico.

- La mayoría de las golondrinas tiene un ideal, que es el de morir apacible y tristemente junto a un príncipe. También le temen al frío, se alejan de él. A mí me gusta el fuego y el hielo...

- ¿Qué le gusta a una golondrina además de la libertad, además de sus manchas, además de sus pecas, de sus sueños con ojos nictálopes?

- Les gusta la idea de tener un corazón casi tan grande como su propio cuerpo, más compasivo que lo que sus propias alas alcanzan a soñar y, ser tan fuertes, que lo aguantan todo, sobre todo el silencio, cuando decide ser cruel.

- ¿Y son alas que se abren para dejar entrar en tu silencio al aguerrido y provisto de plumas sabias?

- Solo lo haría por quien logre quitar las espinas de una pelirroja en desesperanza, para tomar su sangre y manchar su pecho. Solo así entendería lo que siento. Virtud y castigo. Todo lo que reciben nuestros corazones, incluyendo la soledad, endurece nuestras alas como pelirrojas. Virtud y castigo.

- La soledad no es mala, también es solaz del guerrero. Aunque puede volverse adictiva. Es un químico, un principio activo, que faculta y otorga la sensación de libertad, y también la riqueza de nutrir tus pensamientos.

- También es un capataz supervisando cada recuerdo, cada momento; no deja que olvides el por qué estás con ella. No le huyo, la acepto, pero trato de manejar su capacidad de jugar con mi mente.

- ¿Y no es la soledad la que te provee de libertad y reflexión? ¿libertad y desarrollo?

- Para mí no es libertad, solo me recuerda cómo llegué aquí, y me recuerda que debo seguir volando un tiempo más. No la escogí, tampoco la entiendo del todo.

- No ocurre a primera instancia, pero te he visto vestirte de colores más deslumbrantes y hermosos que tu rojo solitario, y tu corazón brillar con encanto sobreabundante, con compasión sobreabundante... Debo preguntarte... ¿cómo muere una golondrina roja? ¿en vuelo atrevido? ¿en picada y con ritual honroso? ¿o vive más allá de sus propios sueños?

- Te diría que con alma de poetisa, pero las pelirrojas no tenemos alma...

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(Con contribución de Golondrina Roja)

domingo, septiembre 15, 2013

La cosa

We strive, we struggle, we tend to leave what's beneath at times, only we can't.

It is futile to resist...

I feel the heat, I feel the pain, I feel the thrill beneath my feet and throw myself to the echoes. I feel it coming, I feel it rushing, I feel it crushing my bones and breaking my nose.

We're the brave children of today. We're the sons and daughters refusing to accept the idiotic concept of the future, conceived to avoid true fulfillment and JOY.

The void, the passion, our humanity...

We're 'the great illusion' in its entirety...

There are no realities, there are no consequences, only your heart.

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lunes, septiembre 09, 2013

Natural. Segunda parte.

Estoy parada a un metro de la puerta. Un metro detrás de ella. A punto de tocar el pomo. Veo la luz a través de la ventana. El televisor encendido. Mi padre. Algún día… no desearé entrar ahí, donde hasta ahora puedo verlo sentado en el sofá de la sala. Algún día me quedaré aquí, estática, impávida, escurriendo mis ridículas y triviales lágrimas.

No tengo esa naturaleza. No es natural en mí ser afectiva, tal vez hacia ellos. Dicen que lo que no es natural ni espontáneo no es genuino. Tal vez.

Entro finalmente. Sé con anterioridad lo que nos diremos. Un hola menos afectivo que el de él, ahora más cariñoso, ahora más vulnerable, ahora más condescendiente y menos virulento que una veintena de años atrás. Clásico.

Subo. Sobre mi cama, las medias de un niño de cuatro años. Mi sobrino. Me quiebro en lágrimas sobre mis rodillas y me quedo dormida en el piso...

Sí, algo anda mal. Creo que ahora lamento enlutecida prematuramente, sollozando y construyendo un presagio oscuro, cada día, por cada día que lo odié.

Algo que no es natural, en muchos y muchas, es cruel y patéticamente natural en mis huesos y muecas, espantosas, virulentas, que no se entienden, que no se aceptan, que no se quieren…

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