sábado, octubre 05, 2013

El rato (entre lo apolíneo y lo dionisíaco)


Caballero: Es política y apolíticamente correcto, es puntualmente justo, pararse a discurrir sobre a qué fuerza pertenecer. Lo apolíneo o lo dionisíaco, tan pertinente como preguntarse si se es de derecha o izquierda.

Matilde: Por curioso que parezca, sería lo apolíneo. Todavía soy muy joven como para poder verle el lado egoísta a los actos y, por ende, también actuar de esa manera.

A pesar de ello no niego que por las noches, en los momentos cuando no puedo evitarme y, las dudas se pasean libremente por mi cabeza, ahí, justo ahí, soy entonces dionisíaca, porque me enredo conmigo misma y no encuentro el equilibrio entre mis extremos.

- ¿Y no será que no hay extremos? ¿pero tan solo páginas, sueño y hambre?

- ¿De qué tienes hambre?

- Quisiera que mi fórmula para enfrentar la vida sea como esa terrible que nos dejó Apolo. Pero cuando pienso en su "ne quid nimis" y en su templo, saturado de balances, de modestias y de corduras, invoco y me refugio ipso facto en mis ensoñaciones discordantes, y se me va la cabeza, se me va la cabeza, porque... tampoco encuentro el equilibrio entre mis caprichos sin fronteras.

Anhelo el delirio. Siempre, siempre retorno a él y, siempre retorno a la noche ensangrentada, luego de las modestias, de la mesura, de los actos correctos... Vuelvo a los impulsos neronianos, a las casas extrañas, a los bosques sin fin, al amor libre y orgiástico, al amor por la naturaleza, al olvido de la consecuencia, de la sensación futura y ultraterrenal. Tal vez esa es mi fórmula para subsanar mis relaciones con todas las fuerzas a las que me debo, por las que soy y no soy.

- Yo soy de las que busca las zonas de comfort, para no tener que afrontar riesgos. Pero ¿qué pasa cuando mi comfort es mi riesgo? ¿y mis excesos son los pensamientos, las culpas y las consecuencias?

Qué complicado ésto de vivir el día a día, con la cabeza en otro tiempo.

- Tal vez eres adelantada a tu tiempo y no lo sabes. Eso sería cura más eficaz, aunque algo más dolorosa.

- Es un proceso de supervivencia, supongo.

- Es lo único que tenemos en el mundo.
 
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(Con contribución de Dadanis Versicular)