sin título
A ti, amante de la locura, reina del desasosiego, y aficionada de la sana y rara cordura.
A ti, te escribo hoy, con la febril esperanza de que te conviertas algún día en mi periódica visitante de dormitorio.
A alguna, que busque y aspire engrandecer su nombre y su sexo por encima de las moscas e intonsos. Que huya de la luz como el anacoreta que ahora soy, refugiado del caos emocional del mundo tangible, para encontrar a su pareja en soledad.
Te escribo hoy, a ti, que en alguna vida pudiste leer mis pensamientos y mirar de cerca mi corazón. He perdido las alas y el camino para convertirme en hombre, y espero estas palabras vayan de vuelta al espíritu que alguna vez me escuchó, sin necesidad de mover mis labios.
A ti, el mismo rostro en mis sueños, te escribo para recordarte la suerte a la que me dejaste, con estos ángeles de piedra, incelestes y rígidos, y con uno que otro de piel y huesos, improbable y milagroso.
Contemplo, desde mi solitaria jaula que comparto con dragones y babosas, las cárceles en las que los demás se encierran. El saber y estos malditos altisonantes acordes me devoran el alma y me consumen poco a poco, mientras espero la llegada del justo solacio que sólo tus manos me pueden otorgar -¡Diva! ¡Supplicem exaudi!
A ti, te escribo hoy, con la febril esperanza de que te conviertas algún día en mi periódica visitante de dormitorio.
A alguna, que busque y aspire engrandecer su nombre y su sexo por encima de las moscas e intonsos. Que huya de la luz como el anacoreta que ahora soy, refugiado del caos emocional del mundo tangible, para encontrar a su pareja en soledad.
Te escribo hoy, a ti, que en alguna vida pudiste leer mis pensamientos y mirar de cerca mi corazón. He perdido las alas y el camino para convertirme en hombre, y espero estas palabras vayan de vuelta al espíritu que alguna vez me escuchó, sin necesidad de mover mis labios.
A ti, el mismo rostro en mis sueños, te escribo para recordarte la suerte a la que me dejaste, con estos ángeles de piedra, incelestes y rígidos, y con uno que otro de piel y huesos, improbable y milagroso.
Contemplo, desde mi solitaria jaula que comparto con dragones y babosas, las cárceles en las que los demás se encierran. El saber y estos malditos altisonantes acordes me devoran el alma y me consumen poco a poco, mientras espero la llegada del justo solacio que sólo tus manos me pueden otorgar -¡Diva! ¡Supplicem exaudi!
3 Comments:
Un arte tus escritos. Tanta pasion... Gracias por amar tanto y por ser.
es un angel o un ser espiritual q cambio de dimension sin tiempo ni espacio solo por el hecho de conocer ese sentimiento profundo y extraño q muchos llaman "amor"...?
Es muy probable tu segunda conjetura, 'anónima'...
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