sábado, marzo 05, 2005

Claroscuro

Cuando dos anónimos bailan en silencio en contraluz a la luna, le coquetean a la vida y a la vida post mortem, se mueven en paroxismo bailando sobre las melancólicas cuerdas de un cello celeste, se mueven embrujados por las ondas de un contrabajo que densas bañan la noche...

Tú y yo bailamos, y a la vez, navegamos más allá del mar y las estrellas, hacia lo profundo de las constelaciones en madrugada... Caminamos de la mano, de paseo por avenidas y desiertas calles mientras tus tacones reverberan el sonido de nuestro silencio, extendiendo nuestro propio espacio, imponiendo nuestra autoridad en la nocturna atmósfera para finalmente, de espaldas al mundo y a los dioses, ver el universo por vez primera y con los ojos cerrados, a travès de tus labios, beber la verdad de tu alma, y con los brazos entrelazados, desafiar al reloj y hacer este trance y este beso perpetuos, detener el tiempo, detener el dolor...